Christian Schloe |
Y cómo no perderme en su aroma marino, que entre la espesa espuma ofrece el mas encantador paisaje. Todas las tardes me envuelvo en su figura y entonces sus palabras son el murmuro mas claro de mi existencia. Y entonces estoy de su lado. Y cobro entre mi tiempo, todo el tiempo para ella. Y me olvido de lo externo. En lo externo no existe nada claro. Y mis sueños se alimentan de toda su dulzura. Y soy de ella, absolutamente en todos los momentos. Sin apariencias, ni engaños, sin pasos en falso. Sin consentimientos ajenos, sin esperanzas perdidas. Soy el eslabón que ella ha perdido en todas sus historias. Entonces escribo junto a ella y me dibujo en su memoria. Y mi ilusión se aferra, se sostiene, se despierta.
Ahora con intensidad, recuerdo los días pasados de ausencia. Los momentos perdidos, las palabras fingidas, el tiempo hecho una ficción de aburridos pasatiempos que se tragaban poco a poco mi vida y cada sueño. Siento al verla en su cálido esplendor que este ha sido el paso perfecto. Y entonces en su manto de aventura deseo perseguir cada anhelo. Como los viajeros o los artistas que se sostienen a través de grandes utopías. Como los poetas y los escritores que viven a través de sus palabras en diferentes tiempos. Como lo que soy ahora, tan extraño a lo que era antes, tan lejano de lo externo, en tan encantador paisaje, totalmente natural y eterno.
Laura Bustamante
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