Ilustración de Elicia Elidanto |
Un río, una canción, un aguacero. El trópico y el mar y tu boca a mitad del cielo.
Una voz, un sonido, el silencio. La calma que se esconde en tu sueño.
Parte de ti, parte de mi y cada fragmento del cuerpo. El final como un nuevo comienzo.
La angustia, la tristeza.
El dolor, el inesperado desamor que quiebra cualquier sentimiento.
Las ruinas y lo que hay por recoger.
El miedo, el perdón, la tristeza, la soledad que se esconde siempre a mitad de la noche.
La selva, el bosque, el campo, con la magnitud de ser inquebrantables.
La luna, en el reflejo de todos los ojos.
El día, la noche. El palpito de cada corazón.
La incertidumbre, la certeza, la espera.
Un final, un comienzo. Cada melodía, toda composición.
El planeta, el universo
Las estrellas y la profunda noche con todas sus constelaciones.
Lo opaco, lo claro, los ojos que me ven, los días que me esperan.
El ruido espacial que cada noche aguarda mi sueño.
Los libros, la literatura, toda la poesía.
Un beso, una flor, un amor, el preciso instante que te conocí.
Tu, yo, el destino, todas sus consecuencias.
Los gatos en la oscuridad y sus ojos que me descubren.
El paraíso, todo lo desconocido.
La playa, caliente, sabrosa, con sabor salado, amarilla, azul y verde.
La montaña, la cordillera, cada árbol, cada ave.
Todos los bosques y la energía que los conjuga.
El profundo amor, amor que siento.
La sensualidad de cada movimiento y el sexo en cada espacio.
El trino de la primavera, la ambigüedad del olvido.
El polvo que somos, la magia, los espíritus, todo lo intangible, todo lo divino.
El abecedario y esta poesía.
El rumor de tu boca mientras escribo.
El callar de cada mariposa.
El abrazo oculto que me mueve,
La muerte, inesperada, silenciosa.
Tu sombra, mi sombra y la contundencia de ser solo los dos en la infinidad de todas estas cosas.
Laura Bustamante.
0 comentarios:
Publicar un comentario