Un poema de amanecer

Sorolla 

Cada mañana te escucho y en tu rumor marino me hago vagabundo, de pies descalzos, de piel desnuda, de pasos blancos, de voz azul. Me abrigo en tu olor, en tu música de amanecer, en tus colores amarillos, en tu sabor de aire fresco, en tu mágico beso de libertad. Cada mañana te sueño y en la oscuridad de mi dormir escucho tus sonidos, aquellos que me llaman, me contagian, me invitan a buscarte. Cada mañana en tu blanco despertar me ilumino de tu luz, estoy a tu lado y camino contigo. Entonces te veo tomar la brisa cálida del mar, te veo a lo lejos, te veo en un mismo universo de colores extraños que evocan felicidad, te veo y te escribo como una hermosa figura de amor que se esconde en las curvas costeras de este lugar. Te escucho. Siempre te escucho amor y en tu rumor marino me hago vagabundo, de pies descalzos, de piel desnuda, de pasos blancos, de voz azul.

Laura Bustamante