No sabía nada y aunque el mundo
me brindara millones de emociones, respuestas conocidas, dulces, caramelos,
palabras, letras, besos, música, aunque el mundo me brindara un universo de
múltiples cosas, nada lograba llenarme. De repente mi cerebro se reventó, mi boca se hizo agua,
y mi cuerpo desapareció, solo escape de la realidad y fui por instantes eternos
un copo de nieve que viajaba libre a través del tiempo. Siendo copo de nieve,
todo lo veía más claro, más tenue y bajo espacios de luz que me iluminaban
dulcemente el cuerpo, entonces parecía una luciérnaga que solo viajaba y todo
lo veía. Cuando llegue al bosque blanco y frondoso empecé a descender y al caer
sobre millones de copos igual a mí, quise volver a volar pero ya no podía, la
nieve espesa me había atrapado, la nieve blanca de la ciudad me había
secuestrado y ya nada era bosque, finalmente nada era nieve y deje de ser copo
para ser de nuevo una transeúnte más del bosque de cemento en el que siempre he
vivido.
Después de vivir esta experiencia
de ser copo, de estar entre la nieve, de ser mágica y sobrevolar por el mundo
hasta estar en un hermoso bosque, frondoso, blanco y natural; después de ser
todo lo que fui, comprendí menos cosas,
quise no entender nada y sólo saber sentir. Todos sólo buscan entender, sólo
buscan comprender la vida, sólo esperan hallar soluciones, más nunca aprender a
sentir. Pero eso sólo lo aprenderán
cuando llegue ese día extraño y mágico en el que se puedan convertir en copo de
nieve y puedan experimentar la mágica sensación de sobrevolar el mundo, no
entender, no comprender y sólo saber sentir.
Laura Bustamante
Comparto tu sentir y tu delicada descripción de esta experiencia de reintegrarnos a la naturaleza que somos. Ojalá puedas visitarme también en mi blog: www.rodrigoinostrozabidart.blogspot.com
ResponderEliminarLa poesía une a los seres humanos desde su esencia. Estaré visitándote.
Un abrazo.
Este escrito me recuerda un texto hermoso, de Gaston Bachelard, la poetica de los sueños. Espero, tengas en este proceso de busqueda, la grata sopresa de encontrarse con un universo interior infinito. Cesar Bustamante
ResponderEliminarInsisto: sobrepiensas, sobresientes. La meditación en forma de copo es una linda metáfora.
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