Un cielo de la Finca!!!
Tomo dos vasos
de agua, pienso en el amor, en la desdicha, en el planeta, en el agua que me
tomo y reflexiono. ¡MALDICIÓN! ¿Por qué tengo
que reflexionar? Esta parece la frase del típico escritor, pero no soy la típica
escritora. Entonces sigo tomando el agua y me lleno los cachetes como niña de tres años jugando a no pensar,
pero desafortunadamente cuando la gente se hace grande nunca puede dejar de
pensar, siempre hay que pensar; en el sueño de anoche, en el ruido de la calle,
en la delincuencia, en la voz de la conciencia que suele caminar al paso eterno
y frágil, al que camina nuestra típica
sociedad. Pienso en todo, y a la vez y como siempre suele suceder termino
pensando sólo en ti. En los días, en los segundos, en los espacios de tiempo
que no te hallas, en las palabras que eran para ti, en los frágiles besos, en
los desdichados sueños. Y hoy mientras el tráfico me llenaba la piel de aroma
oscuro, te vi pasar, el silencio se hizo eterno y entonces por fracciones, tan
sólo de segundos deje de pensar. Te ví. Estabas sólo divisando la ciudad, a lo mejor buscándome,
a lo mejor yo intentando encontrarte, después mi mente se congelo y pensé: en
el tráfico, en la vida, en lo posible y en lo imposible, en la distancia y de
nuevo en el amor. Después camine y me
aleje de tu figura, entendí que ya no estabas y que solo llegaría a mi
escritorio para decidir iniciar un nuevo escrito y finalmente terminar
escribiendo sólo para ti.
Laura Bustamante
Sólo para él pero en público para público fetichista y chismoso como yo que leo. No sólo pensaste mucho en todo sino que también sentiste mucho. Pensar mucho, sentir mucho no es que sean siempre virtudes.
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