Ilustración Jymmi Liao
Veo a
Julieta desde mi ventana. La veo bailar, la veo tomar vino, la veo lamer las
olas del mar. Siempre caminando entre
los arbustos se acerca hacia la playa y estando allí me habla del atardecer. Sus historias
fantásticas que muchas veces suelen ser parte de la realidad me convierten en
escritor. En algunas ocasiones me enamoro de ella, su largo cabello bailarín
por la brisa marina me habla del amor, pero sé que Julieta es ajena, su
libertad me arrebata de ella.
Cuando camino
con Julieta, siempre encuentro personajes desconocidos, que suelen a ella
conocerla, pero que yo en cambio nunca suelo conocerlos. Alguna tarde la vi entre la arena que desde mi lejana vista se hacía roja y espesa, era la arena
de las historias de Julieta. Después de verla me hice un espeso aire costero y
espíe todos los pensamientos de ella. Conocí sombra a sombra cada uno de sus
movimientos, conocí lentamente los personajes de sus cuentos, conocí el porqué
de sus silencios.
A Julieta
siempre la pienso. A Julieta en el mar siempre la encuentro. Julieta nunca
encuentra ocasión para amarme, yo siempre encuentro el momento para robarle
cada sueño y hacer de su realidad un meollo de ilusiones, las ilusiones y
sueños que yo busco vivir.
Con Julieta me
escape de la ciudad. Ella estaba atrapada en el concreto. Yo era un caminante
desconocido que soñaba con ir al mar. Escribía cada tarde para Julieta, la que aún no hacía parte de mi
vida y entre todas mis historias siempre estaba ella, con su cabello bailarín,
divisando el amanecer.
Algún día
Julieta desde la parte más alta de los edificios de concreto, diviso mi figura,
transeúnte y tranquila, conociendo la ciudad. Julieta desde allí me robo los
pensamientos, Julieta desde allí me regalo sus historias y entre el espeso fondo
de cada una de esas letras me convirtió en un viajero.
Soy ahora con Julieta un soplo de felicidad,
me contagio siempre de su aroma marino, camino sobre la playa y veo el amanecer
junto a ella. Me convierto en su escritor, me inundo de su libertad, me olvido
del concreto, de la ciudad y entonces aparece nada más la figura de Julieta ondulada
y misteriosa sobre las olas de mar.
Laura
Bustamante.
la ilustración me recuerda a tayrona!
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